Taburetes y sillas de bar

Taburetes y sillas de bar para renovar tu cocina y comedor

Los taburetes y sillas de bar son una forma simple de actualizar cocina y comedor sin cambiar toda la distribución. Funcionan bien en mesones, islas y barras, y también como asientos extra cuando recibes visitas. Para que se usen a diario y no queden “de adorno”, la elección suele depender de dos cosas muy concretas: medidas reales del espacio y rutina de uso.

Antes de comprar, conviene medir ancho, profundidad y zona de paso. En muebles, pocos centímetros definen si el asiento permite circular cómodo, abrir puertas y usar la cubierta sin mover todo a cada rato. Si el comedor se comparte con trabajo o estudio, esta diferencia se nota todavía más.

Cómo elegir los taburetes y sillas de bar según el espacio disponible

Medidas básicas que debes considerar para las zonas de paso

El error más común es calcular solo el ancho del mesón y olvidarse del movimiento alrededor. Considera el espacio que ocupa la silla al correrse hacia atrás, el giro del cuerpo y la circulación cuando alguien pasa por detrás. Si hay puertas, cajones o electrodomésticos cerca, simula aperturas completas antes de decidir.

La relación correcta entre la altura del mesón y el asiento

La comodidad depende de que la altura del asiento calce con la cubierta. Si el asiento queda muy alto, las piernas no descansan bien; si queda bajo, se pierde postura y apoyo. Como referencia práctica, la holgura entre asiento y cubierta suele funcionar mejor cuando deja espacio para moverse sin quedar “pegado” a la barra.

Cuántos puestos puedes colocar según el uso que le darás

Define cuántas personas se sentarán de manera habitual y si se trata de un uso diario o solo para visitas. Para que cada puesto sea usable, es importante que cada asiento tenga su propio “ancho de trabajo” y que no obligue a mover al de al lado para entrar o salir. Si el espacio es multiuso, menos puestos pero bien ubicados suele rendir mejor.

Si estás armando o renovando el conjunto completo, puede servir revisar mesas de comedor y sillas de comedor, para mantener coherencia entre altura, circulación y uso real del espacio.

¿Qué altura debe tener un taburete para un mesón o una barra?

No existe una única medida universal porque depende de la altura del mesón o barra, pero sí hay rangos que ayudan a decidir sin adivinar. Lo importante es que el asiento quede a una altura que permita apoyar pies y mantener postura sin quedar “colgando”.

La altura ideal para un mesón de cocina estándar

Para mesones tipo cocina, suele funcionar un asiento que deje una holgura aproximada de 25 a 30 cm entre el asiento y la cubierta. Antes de comprar, prueba con huincha: mide la altura del mesón y calcula la altura de asiento que te deja esa holgura.

Medidas recomendadas para una barra alta de bar

Para barras más altas, la referencia cambia porque la cubierta suele estar más arriba. En estos casos es clave que el asiento tenga apoyo de pies o reposapiés, para que el peso no quede en las piernas y la postura se mantenga estable.

Distancia de separación necesaria entre cada puesto

Para evitar que los codos choquen o que alguien quede “encajonado”, una referencia frecuente de ancho por puesto está entre 50 y 60 cm, y el paso libre detrás del asiento suele funcionar mejor cuando se acerca a 80 a 90 cm. En espacios estrechos, prioriza circulación por sobre sumar un asiento extra.

Elige tus taburetes o sillas de bar pensando en el tipo de uso

Modelos resistentes para el uso diario en la cocina

Si el uso es diario, conviene priorizar estabilidad, facilidad de limpieza y una estructura que soporte movimiento constante. En cocinas, los materiales y terminaciones se notan con el roce, la humedad y el uso repetido.

Opciones de diseño para uso ocasional y visitas

Si el objetivo es tener asientos extra para visitas, puedes priorizar estética y comodidad, siempre considerando la altura correcta. En este escenario, el espacio de guardado y lo fácil que sea moverlos también pesa en la decisión.

Soluciones para espacios pequeños y fácil guardado

Cuando el espacio es reducido, elige piezas que no invadan la zona de paso y que permitan acercarse bien al mesón. Si se guardan bajo la cubierta o se mueven con frecuencia, el peso y el formato influyen más que en un comedor amplio.

Materiales y tapices pensados para facilitar la limpieza

Superficies que se limpian rápido con un paño

En cocina, conviene evaluar superficies que se limpien sin tratamientos complejos. Revisa cantos, uniones y zonas donde se acumula polvo o grasa, porque eso define la mantención real más que la foto del producto.

Resistencia del tapiz ante el roce y el uso continuo

Si eliges tapiz, considera roce diario, manchas y fricción en bordes. Un tapiz que se marque fácil se nota rápido en zonas de alto tráfico. Si buscas ordenar el ambiente y reducir objetos sobre la cubierta, sumar guardado cercano ayuda, por ejemplo con vitrinas y buffets.

Siete errores comunes que cometerás al medir si no tienes cuidado

Medir mal el espacio de apertura y circulación

Si no simulas la salida desde el puesto y el paso por detrás, puedes terminar con sillas que topan o que obligan a “mover todo” para circular.

Elegir el diseño solo por cómo se ve en la foto

Las fotos no muestran bien alturas reales, profundidad del asiento ni cuánto espacio ocupa al usarse. Medir y simular evita compras incómodas.

Ignorar la altura del reposapiés

En barras altas, el reposapiés es clave para postura y comodidad. Sin apoyo, el peso cae en piernas y el asiento se usa menos tiempo.

Comprar taburetes demasiado anchos para la barra

Aunque “entren” por medida, si son muy anchos reducen la comodidad por puesto y hacen que el conjunto se vea pesado y apretado.

Olvidar el espacio para las piernas debajo del mesón

Considera faldones, estructuras y soportes del mesón. Si no hay espacio de rodillas, la postura se fuerza y la experiencia empeora.

No considerar el peso visual en cocinas pequeñas

En espacios pequeños, volumen y respaldo cambian la sensación de amplitud. A veces conviene un modelo más liviano visualmente para no “cerrar” el espacio.

Elegir materiales delicados para zonas de alto tráfico

Cocina y comedor reciben golpes, roce y manchas. Un material difícil de mantener se ve gastado rápido y obliga a más cuidado del necesario.